La incertidumbre y el bloqueo político vuelven a Francia tras tres meses de cierta estabilidad: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?

No hace ni medio año que la izquierda ganó en las urnas, pero Emmanuel Macron nombró a un primer ministro de derechas. Eligió a un conservador para gobernar el país, una traición a la izquierda y a las urnas, que paga ahora. Así hemos llegado hasta aquí, al día en el que la incertidumbre y el bloqueo político han vuelto a Francia tras la moción de censura contra el primer ministro de Francia, el conservador Michel Barnier.

Estas revueltas aguas francesas manan de un presidente Macron que, viendo su popularidad en caída y en ascenso la de la derecha extrema, convocó elecciones legislativas para intentar frenarla.

Pero el tiro le salió por la culata: la muy ultraderechista Marine Le Pen subió como la espuma, pero no tanto como para formar Gobierno y Francia tuvo que ir a una segunda vuelta.

El cordón sanitario a los ultras aguantó ahí a duras penas. Hubo vuelco a la izquierda, pero tampoco Gobierno. La nueva 'gauche' de la Francia insumisa quería intentarlo sin ataduras macronistas ni centristas.

"(El presidente Macron) O se va o debe elegir como primer ministro a uno de los nuestros", aseguró el líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Melenchón, el pasado julio.

Y por ahí Macron no pasó. Vino entonces otro quebradero de cabeza, el de buscar nuevo primer ministro. Una agonía que se alargó por el parón de los Juegos Olímpicos de París. A la vuelta del verano, tras 51 días de bloqueo, Macron nombraba al conservador Michel Barnier diciendo querer respetar a todas las tendencias, pero en verdad desoyendo lo que dijeron las urnas y congraciándose más con las derechas.

Al final, ha resultado aquello de quemar la casa para salvar los muebles. Francia ha vuelto a la incertidumbre y al bloqueo político tras tres meses de una cierta estabilidad.