Un mes para su toma de posesión
Trump, a la conquista del mundo: pone sus ojos en México, Panamá, Canadá y Groenlandia
¿Retórica o peligro real? En los últimos días, el presidente electo de los Estados Unidos ha asegurado que quiere recuperar el control del Canal de Panamá y aumentar su influencia en los países de su entorno. Sin embargo, los gobiernos no se lo toman como una amenaza real.
Queda menos de un mes para que Donald Trump tome posesión de nuevo como presidente de los Estados Unidos, pero el líder republicano ya está dejando pinceladas de cuáles van a ser las prioridades de su segundo Gobierno en política exterior.
Trump quiere incrementar la presencia estadounidense en los países de su entorno, empezando por Panamá. Controlar el paso que une el Océano Pacífico con el Atlántico primordial para el comercio estadounidense, y el magnate quiere poner fin a unas tarifas impuestas por el Gobierno panameño que considera "una estafa".
"Las tarifas que cobra Panamá son ridículas, especialmente sabiendo la extraordinaria generosidad que ha sido otorgada a Panamá por Estados Unidos. Esta completa ‘estafa’ a nuestro país cesará de inmediato", dijo el líder republicano en su red social Truth Social. Además, limitaría enormemente el comercio exterior de China, que actualmente es el segundo usuario de esta infraestructura.
Pero Panamá no será el único objetivo de Trump. Quiere recuperar la hegemonía estadounidense en el panorama internacional, y ese plan pasa, inexorablemente, por controlar Norteamérica.
Para ello quiere apropiarse de Groenlandia, actualmente bajo administración de Dinamarca, en un movimiento que sería crucial para las reservas energéticas del país. "Groenlandia tiene reservas de gas, de petróleos y minerales", explica Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales.
Otro de los objetivos recurrentes de las 'amenazas' de Trump es México. Más allá de las advertencias recurrentes sobre la devolución en caliente de menores, el magnate quiere también intervenir la economía del país con fuertes aranceles.
Pero la última ocurrencia de Trump apunta a Canadá. En los últimos días ha deslizado la idea de convertir a su vecino del norte en el estado número 51 de EEUU. Sin embargo, el Gobierno de Trudeau se lo ha tomado como una simple maniobra de marketing político y los analistas sostienen que se trata de lanzar un globo sonda para palpar la popularidad o el rechazo que estas ideas tienen tanto en su propio país como en el panorama internacional.