El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha hecho durante su discurso de investidura un llamamiento a "todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado" para que "la paz sea posible" y así "terminar, de una vez y para siempre, con seis décadas de violencia y conflicto armado".
"Para que la paz sea posible en Colombia, necesitamos dialogar, dialogar mucho, entendernos, buscar los caminos comunes, producir cambios", subrayó Petro en su discurso en la Plaza de Bolívar, en el corazón de Bogotá.
Sin hacer referencia a ningún grupo ilegal en concreto, Petro pidió la dejación de armas y que los grupos acepten "beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera, pero legal, que acabe con el atraso de las regiones".
La espada de Simón Bolívar en la tarima
El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, ordenó este domingo como primer acto de su Gobierno que la espada del Libertador Simón Bolívar, un símbolo de su lucha guerrillera y luego política, sea llevada a la tarima donde tiene lugar la ceremonia de investidura.
"Como presidente de Colombia solicito a la Casa Militar traer la espada de Bolívar, una orden del mandato popular de este mandatario", afirmó Petro en medio de una ovación de la multitud que asistió al acto.
"Esta espada representa demasiado para nosotros, y quiero que nunca más esté enterrada, retenida (...) Es la espada del pueblo, y por eso la queríamos aquí", aseguró Petro durante su discurso.
El robo de la espada de Bolívar fue el primer acto de la guerrilla Movimiento 19 de Abril (M-19), que la sustrajo el 17 de enero de 1974 de la Quinta de Bolívar, una casa museo en el centro de Bogotá donde estaba en exhibición. La pieza fue devuelta por el M-19 al Gobierno colombiano con ocasión de su desmovilización tras firmar un acuerdo de paz en 1990, durante el Gobierno del entonces presidente Virgilio Barco, y desde ese momento permanece en una urna de vidrio en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
Para Petro, que en su juventud militó en el M-19, la espada tiene un gran valor simbólico, y por eso quería que estuviera en su acto de investidura, junto a la escultura de la paloma de la paz, creada por el maestro Fernando Botero para la firma del acuerdo de paz con las FARC, en 2016, pero el Gobierno de su ahora antecesor, Iván Duque, no se lo permitió.
Según dijo esta mañana a Efe la coordinadora de comunicaciones del acto de investidura, Marisol Rojas, el Gobierno de Duque exigió pólizas, que se cumplieron, pero "ayer (sábado) a última hora al finalizar la tarde, el presidente Duque dio la orden de que la espada de Bolívar no sale".
Sin embargo Petro, nada más jurar como presidente, ordenó que la espada sea llevada a la tarima donde se lleva a cabo la ceremonia de su investidura.