El conflicto entre Israel y Hamás vive su primera tregua humanitaria tras casi dos meses de contienda, pero el Ejército israelí ha advertido a la población palestina de que la guerra no ha terminado.
El alto al fuego, que durará cuatro días, servirá para la liberación de 50 rehenes de Hamás a cambio de 150 presos palestinos -todos niños y mujeres- y para permitir la entrada de camiones con ayuda humanitaria. Pero los militares de Israel a la población gazatí del norte de la Franja regresar a sus casas.
"No se permitirá, de ninguna manera, el movimiento de residentes del sur de la Franja de Gaza al norte", ha asegurado el portavoz en árabe del Ejército, Avichay Adraee. "El norte de Gaza es una zona de guerra peligrosa y está prohibido circular por ella", ha asegurado el portavoz. Para huir hacia el sur, Israel solo permite una única vía, la carretera de Salah al Din.
En un mensaje dirigido expresamente a los habitantes de Gaza, en árabe, el portavoz ha advertido que "la guerra no ha terminado todavía" y de que esto es tan solo un "alto el fuego con fines humanitarios temporal".
Un mensaje similar el ofrecido por el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, antes del inicio de la tregua, en el que insistía de que una vez finalice este "breve" breve periodo, los combates dentro del enclave se reanudarán "con intensidad" durante al menos dos meses más.
El jueves, Gallant, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa y miembro del gabinete de guerra Benny Gantz celebraron una rueda de prensa conjunta para insistir en este aspecto: que la guerra continuará tras la tregua.
Según el acuerdo alcanzando por ambas partes, la pausa se podrá extender hasta diez días si Hamás entrega a más secuestrados.