Las fuerzas israelíes han bombardeado este miércoles, por segunda vez en menos de 24 horas, el campo de refugiados de Jabalia, el más grande de la Franja de Gaza. Un nuevo ataque que el grupo islamista Hamás, que controla el enclave, ha calificado como "otra trágica masacre".
Concretamente, el bombardeo ha sido contra el barrio de Falujah, en el mismo campo, y habría causado "decenas de muertos y heridos", según la agencia oficial palestina 'Wafa'. Entre los fallecidos y lesionados puede haber muchas mujeres y niños.
"Estos desgarradores acontecimientos son parte de una angustiosa secuencia de masacres en la Franja de Gaza que arrojará para siempre una sombra oscura sobre la conciencia colectiva de la humanidad", ha denunciado Hamás, que reprocha que "la comunidad internacional guarda silencio" ante la ofensiva israelí sobre el enclave. En 26 días de guerra ha dejado casi 8.800 muertos y más de 22.200 heridos.
Un día antes, el martes, un primer y contundente bombardeo israelí sobre el campo de Jabalia que se saldó con al menos 145 personas muertas, según informaron fuentes hospitalarias.
El Ejército israelí, que ha confirmado el ataque, argumenta que fue contra un comandante de las milicias de Hamás, provocando su muerte y la de otra cincuentena de milicianos escondidos en túneles del área.
Aviones de combate israelíes lanzaron toneladas de explosivos hacia el subsuelo que causaron la destrucción de los cimientos de los edificios del área -con gran densidad demográfica- y la demolición de muchos de los inmuebles, según fuentes de Gaza.
La ONU tilda de "atrocidad" el bombardeo
El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths, ha tildado de "atrocidad" el bombardeo ejecutado el martes por Israel contra el campamento de refugiados de Jabalia.
Griffiths, quien en los últimos dos días ha visitado Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, ha indicado que "numerosos civiles" habrían muerto en el ataque, que ha descrito como "la última atrocidad que soporta el pueblo de Gaza, donde los combates han entrado en una fase aún más aterradoras, con consecuencias humanitarias cada vez más terribles".
"El 7 de octubre y sus consecuencias dejarán una cicatrices imborrables sobre la vida de millones de personas", ha lamentado, antes de afirmar que "en Israel, una nación quedó en shock tras el brutal asesinato de unas 1.400 personas" en los ataques ejecutados por el grupo islamista palestinas, mientras que "las familias de más de 200 rehenes siguen viviendo con angustia, sin tener claro el destino, bienestar y paradero de sus seres queridos".