Se cumplen seis meses desde el inicio de la guerra en Gaza. En este tiempo, Israel ha arrasado La Franja utilizando inteligencia artificial, es decir, delegan a un algoritmo la decisión de matar con tal de terminar con los líderes de Hamás. De hecho, el Ejército autorizó que en cada ataque murieran hasta 20 civiles si caía un militante de Hamás o 300 en el caso de que hubiera un alto mando. Esto ha provocado que desde el 7 de octubre de 2023 hayan muerto más de 13.000 niños para probar una tecnología que anticipa las guerras del futuro.
Antony Loewenstein, autor de 'El laboratorio palestino', asegura que "lo venden, Israel, EEUU y otros países, como 'orientación precisa'". Se trata de un método "más limpio, más fácil y mejor. Pero es absurdo porque lo que Israel está haciendo en Gaza, y me baso en mis fuentes y en lo que le dicen a compañeros israelíes su fuentes en el ejército, es que el objetivo es causar masacres masivas", añade.
La Franja es campo de pruebas de la maquinaria bélica israelí, como el cuadricóptero que se muestra en este vídeo y que se ha convertido en una de las armas más usadas.
"Tras el 7 de octubre Israel comenzó a testar una enorme cantidad de armas. Los palestinos, pero también doctores extranjeros que hay sobre el terreno, me hablan de heridas que no han visto nunca por estas nuevas armas", comenta el escritor, que afirma que se está usando a los gazatíes como "conejillos de indias".
Una práctica que llevan décadas haciendo en Gaza y Cisjordania. En su libro, El Laboratorio Palestino, Anthony Lowestein explica cómo Israel ha usado la ocupación para desarrollar su industria militar.
"Desde entonces están usando a los palestinos como conejillos de indias. Eso ya es lo suficientemente malo. Pero el peligro es aún mayor. (Las armas) se están exportando a países que dicen públicamente que se oponen a la ocupación, a lo que pasa en Gaza", dice.
Unas armas que permiten a Israel tener ventaja competitiva en el terreno de combate, ya que son más precisas; y que se venden en el mundo como 'testadas en combate'. Desde el 7 de octubre, Israel y sus empresas usan la Franja como escaparate.
"Cuando vemos esta promoción en Gaza por parte de las empresas y de Israel, no es solo de cara a los israelíes sino para el mercado global. Es para decir a otros países: 'puedes hacer lo que nosotros hacemos en Gaza en tu propio conflicto, a tus propias minorías'", sostiene Anthony Lowestein.