El gobierno italiano cerrará las escuelas y universidades de todo el país hasta, al menos, el 15 de marzo, según ha confirmado el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte.
Se trata de un nuevo intento del país mediterráneo por contener el que ya se ha convertido en el peor brote de coronavirus en Europa. El gobierno ya cerró escuelas y universidades en las regiones más afectadas del norte de Italia hace unos diez días y puso en cuarentena a numerosas ciudades en el epicentro del brote. Sin embargo, el contagio se ha extendido, y ya hay más de 100 muertos y 3.000 infectados, lo que ha propiciado la puesta en marcha de numerosas medidas que cambiarán, al menos de momento, el modo de vida de los italianos.
La prohibición de darse besos, abrazos o estrecharse las manos son algunas de las endurecidas medidas de contención del COVID-19 impulsadas por el gobierno de Giuseppe Conte en Italia.
Una normativa que, según muchos ciudadanos italianos, no sólo atenta contra su estilo de vida, sino también contra su carácter. "Tenemos contacto; somos personas expansivas, estrechamos las manos, nos besamos, nos abrazamos...", ha aquejado Angelo Borrelli, miembro de Protección Civil italiana.
En el decreto que prepara el Gobierno, y que se aplicará en todo el país, se pone límite al contacto: tendrá que existir una distancia mínima de un metro entre las personas, e invitan a evitar lugares multitudinarios o concurridos, lo que incluye restaurantes o discotecas.
El Ejecutivo también se ha pronunciado sobre los encuentros deportivos: los partidos de diversos deportes, entre ellos el fútbol, se disputarán a puerta cerradadurante, al menos, un mes.
Además, estará prohibida la entrada de acompañantes en las salas de espera y se limitarán los accesos a clínicas privadas y residencias. El Gobierno también ha solicitado a los ciudadanos mayores de 75 años que no salgan de sus domicilios, ni tampoco lo hagan aquellos que tengan más de 65 y estén enfermos. La misma norma debe aplicar aquel que tenga fiebre.
Comparecencia ante los medios
"No ha sido una decisión fácil para el Gobierno", ha subrayado la ministra de Educación, Lucia Azzolina, pero finalmente han tomado la decisión "prudencial de suspender desde mañana hasta el 15 de marzo las actividades didácticas fuera de la zona roja" del brote de coronavirus.
Según ha explicado en la misma rueda de prensa el primer ministro, Giuseppe Conte, la decisión se ha tomado solo tras consultar a los expertos para que evaluaran "cómo está evolucionando" la propagación del coronavirus en Italia.
Por su parte, la viceministra de Economía y Finanzas, Laura Castelli, ha dicho que el Gobierno es "consciente del impacto" que la medida tendrá en las familias y en el país, de ahí que se esté estudiando la "posibilidad de que uno de los padres se ausente del trabajo" para cuidar de los hijos, según informa la agencia de noticias AdnKronos. "Haremos todo lo posible para atender las necesidades de los ciudadanos y de las familias y para reducir al máximo los inconvenientes", ha prometido.