Italia pretende abrir de nuevo sus fronteras y permitir la libre circulación en todo el país el próximo 3 de junio. Antes, este lunes, 18 de mayo, volverán a abrir comercios hasta ahora cerrados como medida para frenar la epidemia. Así lo ha anunciado el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que ha hecho público el fin de estas restricciones a través de la televisión.
De esta manera, las regiones del país alpino han conseguido su propósito: gestionar esta apertura gradual por cuenta propia. No obstante, frente a la incertidumbre de la situación, el Gobierno italiano ha advertido que si la situación vuelve a empeorar y se dan nuevos brotes de coronavirus intervendrán en aquella región donde los datos sean malos.
Así las cosas, a partir de este lunes volverán a abrir tiendas, bares, restaurantes, peluquerías y otros negocios que han ganado el pulso al Gobierno de Conte, que en un principio pretendía su puesta en marcha el 1 de junio. Las mascarillas y guantes seguirán siendo recomendadas para salir a la calle.
No obstante, el uso de estos elementos no será aún obligatorio en los lugares públicos (en espacios privados sí está regulada su utilización. Además, se reactivará nuevamente el libre movimiento entre provincias y regiones, y las personas que lleguen a Italia procedentes del extranjero no tendrán que guardar 14 días de cuarentena.
Más adelante, el 15 de junio, volverán a abrir cines, teatros y campamentos de verano, entre otras actividades culturales y de ocio. Todo ello está orientado a reavivar el sector turístico, lastrado gravemente por las consecuencias económicas derivadas de esta crisis sanitaria.
Los científicos se oponen a este plan de desescalada que consideran precipitado. Consideran que este lunes se producirá en Italia una reapertura a ciegas. En este sentido, creen que se necesitaría una semana más de cierre para valorar los efectos que tuve la primera reapertura en el país, que tuvo lugar el 4 de mayo, cuando millones de italianos se reincorporaron a su puesto de trabajo.