El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, todavía no se encuentra fuera de peligro después del intento de magnicidio de este miércoles en el que un escritor de 71 años le propinó hasta cinco disparos. Tan delicado es su estado de salud que aunque fuera todo bien estará un tiempo apartado de la actividad.

Nada que ver lo ocurrido en 2018, cuando tuvo que abandonar el poder salpicado por un caso muy turbio: el asesinato de un periodista de investigación que denunciaba los vínculos entre el crimen organizado y las altas esferas del poder. Esto lo forzó a dimitir y apartarse de la vida pública hasta las últimas elecciones en el país de las que resultó vencedor.

El joven que se puede ver en las imágenes que acompañan a estas líneas, fue el periodista que puso contra las cuerdas a Fico cuando gobernaba hace ya seis años. Se llamaba Jan Kuciak, tenía 27 años y trabajaba en el medio de comunicación Aktuality. Su último reportaje consistió en una investigación sobre las relaciones entre la mafia calabresa y los altos poderes políticos.

Un trabajo que no pudo llegar a publicar cuando durante la noche del 21 de febrero de 2018 un hombre entró en su vivienda y la de su prometida para dispararles hasta matarlos a quemarropa. ¿La razón? Las investigaciones que había llevado a cabo este periodista.

Los asesinatos removieron de tal forma Eslovaquia que la sociedad se puso en pie y miles de personas salieron a la calle exigiendo la dimisión de Fico. Intentó resistir hasta el final con incluso, una rueda de prensa en la que ofreció un millón de euros -que le rodeaban-como recompensa para quienes dieran información sobre el asesinato del periodista.

El momento fue tachado de bochornoso e incluso el Presidente de Eslovaquia llegó a confirmar que había algo maligno en los propios fundamentos del Estado. En definitiva, la caída de Fico fue inevitable y dos semanas después renunció. Ahora en la redacción de Aktuality hay un altar en honor Kuciak.