El ministro de Medio Ambiente de Japón, Yoshiaki Harada, ha informado de que la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco) está planeando verter al océano Pacífico agua radioactiva que proviene de la central nuclear de Fukushima.
Tras el terremoto y el posterior tsunami de 2011, Tepco ha almacenado en cientos de tanques más de un millón de toneladas de este agua y prevén que para el año 2022 ya se habrán quedado sin espacio. El líquido fue empleado para enfriar el combustible nuclear.
"La única opción será verter el agua contaminada en el mar y que se diluya", ha explicado el ministro, aunque ha advertido que la decisión se discutirá en el Gobierno. Para ello, están a la espera de un informe realizado por expertos.
La posibilidad de que se pueda llegar a verter el agua contaminada al mar no gusta al gremio de los pescadores locales que han dedicado grandes esfuerzos a recuperarse después de la catástrofe natural.
Tampoco es del agrado de los países vecinos, entre los que se encuentra Corea del Sur, que ya ha expresado su preocupación por el posible impacto que tendría. El pasado mes de agosto, Corea convocó a un diplomático de la Embajada de Japón para conocer los planes del Gobierno nipón con el agua radiactiva.