La ciudad ucraniana de Járkov sigue siendo atacada por los rusos. En plena plaza del centro caen bombas sin cesar y alrededor se han podido ver a personas a las que intentan reanimar sin éxito.

Estas explosiones han causado nueve muertos, entre ellos un bebé de cinco meses y su padre, según fuentes locales. Todo ha ocurrido a plena luz del día, en una ciudad que creían que podría revivir después de expulsar a los rusos y que habia retomado el metro.

Los ataques no dejan de sucedrese. Lo cuenta la ONG española Olvidados, que han tenido que correr para salvar sus vidas. "Suena un bombazo a 100 metros de nosotros. Salimos corriendo hacia los coches. Yo me tiré a unos hierros, me enganché con el chaleco, no podía salir, no podía casi respirar, fue sobrecogedor. Pensabamos que habíamos muerto", explica Olga San Martín, portavoz de la ONG.

Ellos trataban de llevar ayuda humanitaria a los pueblos de la periferia norte de Járkov y se encontraron refugios quemados y un hostigamiento constante en este territorio donde vivir sigue siendo pura utopía.