El Centro Médico Militar Nacional Walter Reed de Maryland ha informado este martes de que el secretario de Estado de Estados Unidos y jefe del Pentágono, Lloyd Austin, se encuentra ingresado y recibe tratamiento por un cáncer de próstata detectado a comienzos de diciembre.
Debido a esta enfermedad, Austin fue sometido a un "procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo" el pasado 22 de diciembre y para el que recibió anestesia general. El secretario de Defensa se recuperó "sin incidentes" de la cirugía y regresó a su casa al día siguiente. "Su cáncer de próstata fue detectado tempranamente y su pronóstico es excelente", ha detallado el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en un escueto comunicado recogido por la cadena de noticias estadounidense 'CNN'.
A pesar de recibir el alta antes de Navidad, Austin volvió a ingresar en el hospital el 1 de enero tras sufrir "náuseas con dolor intenso en el abdomen, la cadera y las piernas", y se descubrió que sufría una infección del tracto urinario y padecía cáncer de próstata. Desde entonces, el secretario de Defensa ha estado ingresado en el centro médico aunque en esta ocasión en ningún momento ha perdido la consciencia ni ha sido sometido a anestesia general.
Sin embargo, su estado de salud ha generado una gran polémica debido a la nula información comunicada por parte del Pentágono, ni siquiera a la Casa Blanca. De hecho, Joe Biden no fue notificado del estado de salud de Austin hasta este martes, mismo día en el que recibieron la noticia.
Al mismo tiempo, el Departamento de Defensa no dio una fecha para el alta de Austin, sí explicó que ya el viernes reanudó su trabajo y comenzó a recibir las actualizaciones operacionales necesarias. El secretario de Defensa, de 70 años, se encuentra inmediatamente detrás del presidente Joe Biden en la cadena de mando del Ejército estadounidense y desempeña un papel central en los numerosos escenarios en los que Estados Unidos está implicado militarmente en todo el mundo, incluyendo el conflicto entre Israel y Hamás, los ataques de los hutíes en el mar Rojo o la guerra en Ucrania.
Debido a esta polémica, el Pentágono anunció este martes el lanzamiento de una revisión interna para mejorar su transparencia, después del secretismo que ha rodeado a la hospitalización de Lloyd Austin. El portavoz del Pentágono, Pat Ryder, explicó en una conferencia de prensa que ese proceso durará 30 días. También se han ordenado acciones para garantizar un mayor conocimiento de la situación relativa a cualquier traspaso de poder por parte del secretario de Defensa, de forma que todos los canales pertinentes sean notificados y estén al tanto de los motivos.