La Venezuela de los dos presidentes ha vuelto a medir sus fuerzas en la calle con la ayuda humanitaria internacional como arma arrojadiza.
Los de Guaidó claman por ella y ya le ponen fecha de entrada en el país, mientras que los de Maduro la rechazan como una injerencia inaceptable, ya que creen que es un caballo de Troya para el golpe de Estado dirigido desde Washington.
Contraposición de manifestaciones y de repartos: el chavismo ha distribuido líderes, mientras el presidente encargado anunciaba ya 1.700.000 raciones para embarazadas y menores con desnutrición.
Guaidó ha repetido su llamamiento a los militares, ha asegurado que no habrá una guerra, pero también que ellos son los que están manteniendo a Maduro en le poder.