España, cinco votos en el cónclave

Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, se descarta para ser el próximo papa: "Soy el cardenal más limitado"

¿Qué ha dicho?
El arzobispo de Barcelona, al igual que Carlos Osoro, arzobispo emérito de Madrid, no se ve asumiendo el rol de Sumo Pontífice: "No pienso en esas cosas".

Omella, arzobispo de Barcelona

Aún quedan días para la celebración del cónclave. Para saber quién será el próximo papa. Para conocer el nombre del que sucederá a Francisco como Sumo Pontífice. Quien sea, tendrá que obtener dos de cada tres papeletas en una votación en la que los 135 cardenales con menos de 80 años de los 252 que hay pueden elegir.

España, por su parte, cuenta con cinco votos. Los mismos que Francia y que India. Son José Cobo, arzobispo de Madrid, Ángel Fernández Artime, rector de los salesianos, Antonio Cañizares, arzobispo emérito de Valencia, Carlos Osoro, arzobispo emérito de Madrid, y Juan José Omella, arzobispo de Barcelona.

De todos ellos, los tres últimos tienen justo 79 años. Osoro, por su parte, dice que ya no tiene edad para ser nuevo papa... y Omella también se descarta para convertirse en el próximo Sumo Pontífice.

"Soy el cardenal más limitado"

"Yo no pienso en esas cosas. Soy el último cardenal. El cardenal más limitado. Voy a participar gustoso en esta elección, y ojalá acertemos con lo que el Espíritu Santo nos ilumine", ha expresado Omella.

Han pasado 12 años, desde aquel marzo de 2013, desde que Jorge Bergoglio aceptase el rol de Sumo Pontífice bajo el nombre de Francisco. Desde la última vez que se vio la fumata blanca después del cónclave en el que se eligió al argentino para iniciar su papado.

Un ictus acaba con la vida del papa

Para comenzar un pontificado que ha terminado en 2025. El 21 de abril de 2025. Francisco, un día después del urbi et orbi en la plaza de San Pedro, en una multitudinaria homilía, ha fallecido a los 88 años debido a un ictus que le hizo entrar en coma y sufrir un colapso respiratorio.

En su testamento, el pontífice ha señalado que quiere ser sepultado en la Basílica papal de Santa María Mayor, bajo tierra, "sin particular decoración y con la única inscripción de 'Franciscus". El funeral lo pagará un benefactor anónimo.