Política errática

El juego arancelario de Trump sume en la incertidumbre al sector farmacéutico: "Acaba afectando al ciudadano"

Las consecuencias
Trump pone al sector farmacéutico en el punto de mira de sus tarifas. En España, Cataluña se vería especialmente afectada: de allí sale el 60% de los medicamentos que España envía a EEUU.

El presidente de EEUU, Donald Trump

La Unión Europea pide más compromiso a Estados Unidos para llegar a un acuerdo que evite la guerra comercial total, mientras Donald Trump, a pesar de la tregua, sigue jugando con los aranceles. Y en ese particular juego hay que contar con dos factores: la teoría y la práctica.

En teoría, Trump ha hecho una pausa en su ofensiva arancelaria, pero en la práctica el presidente de Estados Unidos le está diciendo al mundo farmacéutico que son los siguientes. "Todo lo que tengo que hacer es imponer un arancel, cuanto más ponga, mas rápido se mueven", presume el republicano. Y en España hay una comunidad que se vería afectada especialmente: Cataluña. De allí salen el 60% de los medicamentos que España envía a Estados Unidos, lo que supone en total de 650 millones de euros.

"El arancel se lo van a poner al laboratorio, pero es que eso es mentira, porque al final es toda la cadena de valor. Afecta al laboratorio, al que suministra al laboratorio y acaba afectando a las farmacias y al ciudadano", alerta Antonio Torres, presidente de la Federación de Farmacias de Catalunya y vicepresidente de PIMEC.

Otro sector preocupado es el del automóvil, especialmente tres compañías: General Motors, Ford y Stellantis. De hacerse efectiva la subida arancelaria podrían enfrentarse a más de 41.000 millones de dólares. Aunque aquí Trump vuelve a jugar y afirma estar "buscando algo para ayudar a algunas de las compañías de automóviles". "Soy una persona muy flexible", ha asegurado.

Y pese a que Trump se apunte el tanto de que la empresa Nvidia comience a fabricar microprocesadores en Estados unidos, la realidad es que esas inversiones se pusieron en marcha durante el mandato de Joe Biden, que usó incentivos fiscales y subvenciones como reclamo.