Los sondeos de la empresa privada Sigma Conseil ha dado una abrumadora victoria con el 89,2% de los votos al presidente tunecino, Kais Said, en las elecciones celebradas este domingo, han informado los medios oficiales. Sin embargo, lo hace bajo la sombra de la abstención ya que la participación cayó hasta el 27,7%.

El exdiputado encarcelado, Ayachi Zammel, se quedaría en el 6,9% y en tercer lugar el líder panarabista del Movimiento del Pueblo, Zuhair Magzhaui, con el 3,9%, cuyo equipo cuestionó en declaraciones a EFE los resultados "que sirven para falsificar el proceso".

El equipo de Zammel también ha rechazado los datos de la encuesta y se ha mostrado convencido de que su candidato pasará a la segunda vuelta, según un comunicado. Decenas de simpatizantes se adelantaron a celebrar con banderas en el centro de Túnez la reelección del presidente, a la espera de que la instancia electoral (ISIE) anuncie mañana lunes los resultados provisionales ya que continúa el escrutinio.

"Irregularidades y malas prácticas" y baja participación

La Asociación Tunecina para la Integridad y la Democracia de las Elecciones (ATIDE) aseguró este domingo haber registrado "una serie de irregularidades y malas prácticas de diversos grados" en el escrutinio. La participación en las presidenciales de este domingo en Túnez cayó hasta el 27,7% por debajo del 48,98% registrado en la primera vuelta de los comicios de 2019 y solo el 6% de los jóvenes entre 18 y 35 años votaron, anunció hoy la instancia electoral (ISIE).

Más de 9,7 millones, de una población de 12 millones, estaban llamados a votar en las terceras presidenciales que celebran el país desde la llamada Primavera Árabe cuando se inició un proceso de transición democrática, que la oposición considera hoy en peligro.

En total 2.704.155 ciudadanos votaron en Túnez mientras que la participación en el extranjero alcanzó el 16,3%, 104.903 de los 642.819 electorales. La oposición, que se manifestó el pasado viernes en el centro de la capital, no pidió de forma unánime el boicot como en anteriores sufragios convocados por Said pese a denunciar falta de transparencia y legitimidad.

El partido islamista, Ennahda, la primera formación opositora del Parlamento disuelto por Said cuando dio su golpe de mano, propuso la opción a sus militantes de decidir libremente entre boicot u opositores. Los familiares de los disidentes detenidos apostaban por respaldar al exdiputado Zammel, el único que se ha comprometido a liberarlos, y suspender la Constitución de 2022, aprobada en referendo con un 70% de abstención y que puso fin al sistema parlamentario de la transición, consolidando uno ultrapresidencialista.