Para algunos, votar en Estados Unidos es una carrera de obstáculos. Roger Senserrich, analista de 'Politikon', nos cuenta que para una persona de un suburbio rico, "el proceso electoral no es ningún problema". Sin embargo, si eres una persona con pocos recursos, "es una traba tras otra".
La primera traba es el registro. Allí no hay un censo electoral al que se entre automáticamente. Hay que registrarse para poder votar. "En muchos estados tienes que hacerlo casi un mes antes. Y en otros sólo lo puedes hacer en persona, no puedes hacerlo por Internet, ni por correo", afirma Senserrich.
"El mantenimiento del registro cambia de un estado a otro. Hay estados que, por ejemplo, 'purgan' las listas de forma periódica de gente que no ha votado en las últimas dos o tres elecciones", agrega. También pueden sacarte del registro si te mudas o cometes un delito, pero a veces lo hacen sin motivos justificados. Y eso afecta, casi siempre, a los mismos.
Cristina Manzano, directora de esglobal, asegura que los más perjudicados y los que se suelen quedar fuera de la ecuación con los votantes negros y latinos.
Incluso si no tienes problemas con el registro, hay un segundo escollo: la necesidad de tener un carnet con foto. "EEUU no tiene un DNI", comenta Senserrich, lo que hace que al ir a votar, el votante presente un documento que suele ser el carnet de conducir. "Pero claro, mucha gente con no demasiados ingresos no tiene el carnet de conducir. Así que tienen que hacer el trámite adicional de conseguir algún documento oficial", añade.
El proceso de votar puede llevar horas, un día que es un martes laborable en el que no se concede un permiso especial para ir a votar. No es casualidad que esto pase casi siempre en estados con gobiernos o parlamentos regionales republicanos, porque los votantes más afectados por estas trabas suelen votar demócrata.