El conductor había requisado todos los móviles e iba a prender fuego al autobús. Samir, un niño de 12 años, se dio cuenta de que un teléfono había caído al suelo y se lanzó por él. "Para recuperarlo me hice daño en esta mano. Y llamé a la Policía", relata el menor.
Después pasó el móvil a su compañero Ramo, que hizo está dramática llamada a su madre. "Mamá, el conductor del autobús está amenazando con matarnos. Mamá, ayúdame. Mamá ha explotado todo. Nosotros estamos vivos".
Todavía nervioso, Rami reconocía haber pasado auténtico terror. "Pensaba que moríamos todos, que era el último día de nuestras vidas".
Italia califica de héroes a Samir y Rami. Sus llamadas fueron vitales para que la Policía pudiera llegar a tiempo, salvar a los menores y detener a Ousseynou Sy, el conductor del autobús, italiano de origen senegalés.
Ha sido acusado de secuestro, incendio, intento de homicidio múltiple con agravante de terrorismo, aunque las autoridades descartan lazos con el extremismo. Hace un año fue condenado por abuso sexual a un menor pero, al ignorarlo la empresa, siguió trabajando como conductor de un autobús escolar.