La situación de la Franja de Gaza es catastrófica, e Israel acaba de empeorar la situación al declarar "Zona de riesgo" el kilómetro más cercano a la frontera: cualquier palestino que entre en él corre el riesgo de ser asesinado.

Con el apoyo de Estados Unidos, el gobierno de Israel está aplicando una política de extrema dureza contra los habitantes de Gaza. Su primer ministro, Benjamín Netanyahu, lo ha dejado claro: "Los métodos no letales no funcionan en Gaza".

Según organismos internacionales como la ONU o UNICEF, solo el 10% de los dos millones de habitantes tienen acceso directo a agua potable; solo hay cuatro horas de suministro eléctrico diario; el 80% de los ciudadanos viven de la ayuda humanitaria, y la cuarta parte de los niños necesitan ayuda psicológica.

En Gaza, de solo 365 kilómetros cuadrados, la mitad de la población tiene menos de 18 años, y un informe de la ONU teme que se convierta en un lugar "inhabitable" en 2020 si no cambia la situación. Nadie parece dispuesto a intentarlo.