17 volúmenes sobre la mesa cargados de vergüenza, en ellos se documentan alrededor de 7.000 testimonios de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes en Australia.
Son los documentos de lo que han bautizado ya como tragedia nacional y que ha sacado los colores a 4.000 instituciones públicas y privadas del país.
Cinco años ha durado la investigación de la comisión especial que ha datado casos desde 1920, hasta 8.000 entrevistas a víctimas han realizado para llegar a las conclusiones.
Más de la mitad de las víctimas tenía entre 10 y 14 años y sufrieron de media abusos durante más de dos años. Hoy muchos sentían que se hacía algo de justicia.
Casos que contaban con el silencio cómplice de la propia iglesia y de aquellos que preferían mirar hacia otro lado.
Es por eso que en el propio informe se propone levantar el secreto de confesión para que no se aplique a los casos de pederastia. Que los pecados se paguen con la ley. El arzobispo de Melbourne ya ha dicho que ese secreto es inviolable.