Una semana después

Las lágrimas ante la devastación en Los Ángeles tras los incendios: "He puesto toda mi alma en esta casa"

El contexto Los incendios al sur de California empezaron hace una semana arrasando con todo lo que las llamas encuentran a su paso. En definitiva, toda una vida reducida a cenizas.

Devastación en Malibú tras el paso del fuego

Toda una vida reducida a cenizas. La situación lleva a Vanessa García a llorar mientras graba las ruinas en las que el fuego ha convertido su casa: "Todo lo que he hecho, lo he hecho por mis hijos. He trabajado tan duro, he puesto todo mi corazón y mi alma en esta casa", de la que muestra donde estaba el cuarto de su hijo, el suyo o la cocina.

Eso sí, se ha salvado lo más importante para ella, sus hijos y sus animales. Algo que califica de milagro: "Supe que era un milagro porque he estado criando a estas ovejas para mis hijos". Ahora, sin embargo, son los bomberos los que se encargan de llevarles agua, comida o ropa. Una ayuda que Vanessa no duda en agradecer.

La noche de los incendios también grababa cómo las llamas devoraban lo que era su barrio de Malibú, aunque incapaz de describir lo que veían sus ojos. Ahora, tras el paso de las llamas, guardan lo que queda de sus pertenencias en una camioneta. Unos incendios que, en cambio, no cesan y obligan a los bomberos a trabajar sin descanso: "Cuando termine todo es cuando tenemos la oportunidad de descansar, hablar con unos y con otros", asegura el capitán de bomberos de Long Beach, Manuel Gómez.

Las labores, además, continúan para evitar que donde ya no hay fuego se reactive, cuando la devastación que ha destrozado miles de vidas ya no tiene marcha atrás. Tampoco las 25 víctimas mortales derivadas de esta oleada de incendios al sur de California, que ha arrasado más de 16.400 hectáreas.