Al menos 281 personas han perdido la vida por el tsunami que golpeó sin activar las alarmas el litoral del estrecho de Sonda, entre las islas indonesias de Java y Sumatra, un balance de muertos que podría subir, según las autoridades. Además personas permanecen desaparecidas y 843 han resultado heridas, al tiempo que se han registrado graves daños en casas, hoteles, embarcaciones e infraestructuras, conforme al recuento provisional de la de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB).
El número de víctimas "podría subir" a medida que se acceda a lugares donde no han llegado hasta el momento los servicios de emergencia, apuntó Sutopo Purwo Nugroho, portavoz de BNPB. La erupción del volcán Anak Krakatau -ubicado entre Java y Sumatra- provocó un corrimiento de tierra submarino que, junto a la marejada por la luna llena, creó un tsunami que sorprendió unos 25 minutos después a cientos de personas en las playas de la región.
La ausencia de un fuerte terremoto, fenómeno que sirve para activar el sistema de alarmas ante un posible tsunami, dejó silenciadas las sirenas mientras se aproximaban las olas gigantes, explican expertos de la Agencia Meteorológica, Climatológica y Geofísica de Indonesia (BMKG).
El director del BMKG, Rahmat Riyono, señaló en rueda de prensa que conforme a las informaciones recogidas por los medios se estima que las olas habrían alcanzado una altura de hasta dos metros y se habían adentrado unos 19 metros desde la costa. "En el caso de terremotos, la posibilidad de un segundo tsunami es muy pequeña. Pero como este ha sido causado por una erupción, el escenario es diferente", dijo a los medios Riyono, al señalar que el organismo observa la actividad del Anak Krakatau.
Este volcán, de 305 metros de altura e "hijo" del legendario Krakatoa, expulsó magma, rocas y una columna de humo a más de medio kilómetro desde su cumbre.