Algunos son militares, otros recultas

laSexta accede a una prisión donde Ucrania retiene a soldados rusos capturados: celdas abarrotadas y 3 comidas al día

Su día a día Los soldados rusos narran a laSexta las condiciones en las que vivin en la cárcel: hacinamiento, nostalgia por sus familias y la esperanza de un intercambio de prisioneros para regresar a casa.

Imagen de la cárcel donde los ucranianos retienen a soldados rusos capturados en el frente

En la región ucraniana de Sumy, laSexta ha visitado una de las prisiones donde Ucrania mantiene detenidos a soldados rusos capturados durante la invasión. Tras estos muros se encuentran hombres que, hasta hace poco, estaban en el frente. Ahora esperan su oportunidad de regresar a casa mediante un intercambio de prisioneros.

La cárcel está abarrotada. Las celdas, pequeñas y sombrías, apenas dejan espacio entre las literas. Los prisioneros viven en condiciones de hacinamiento, aunque cuentan con un régimen que incluye tres comidas diarias y una breve salida al aire libre.

Dimitri, uno de los soldados rusos capturados, accedió a hablar con laSexta: "Fui capturado cuando nuestro puesto de comando fue asaltado. Empezaron a caer granadas dentro y dije: me rindo". Como Dimitri, muchos otros se encuentran encarcelados tras rendirse en un intento de salvar sus vidas.

Algunos prisioneros desean ser grabados, con la esperanza de que sus familias sepan que siguen vivos. "Echo de menos a mi mujer, a mi hermana, a mi madre", cuenta Maierbeck, otro de los prisioneros. Con los ojos llenos de nostalgia, relata cómo el apoyo de organizaciones como la Cruz Roja les permite enviar mensajes a sus seres queridos.

Entre los detenidos hay tanto soldados profesionales como reclutas. Muchos de estos últimos afirman haber sido obligados a unirse al ejército ruso. "No teníamos otra opción. Morir por nada, o rendirnos", explica Maierbeck.

Para estos hombres, el único consuelo es la esperanza de que pronto se concrete un intercambio de prisioneros que los devuelva a Rusia. Hasta entonces, sus días transcurren entre las estrechas paredes de las celdas, con sus pensamientos centrados en el día en que puedan volver a ver a sus familias.