Estados Unidos y sus aliados han intercambiado con Rusia un total de 26 prisioneros en el aeropuerto de Ankara, bajo la coordinación de los servicios secretos turcos (MIT). Lo adelantaba en la tarde de este jueves la cadena turca 'NTV' y confirmaba, tan solo unos minutos después, el todavía presidente de Estados Unidos, Joe Biden. El canje ha sido rápido, dado que algunos de los presos ya han sido trasladados en un avión puesto a disposición por el Gobierno ruso.

Entre ellos se encuentra el español Pablo González, encarcelado en una prisión de Polonia acusado de ser un espía ruso. Asimismo, el exmarine estadounidense Paul Whelan, arrestado en un hotel de Moscú en 2018 por espionaje y que fue sentenciado a 16 años de prisión en 2020. A él las autoridades rusas le acusaban de estar involucrado en una supuesta operación de inteligencia. En ese intercambio también está Evan Gershkovich, primer periodista estadounidense arrestado por cargos de espionaje en Rusia desde la Guerra Fría.

Gershkovich fue detenido en 2023 mientras trabajaba como corresponsal para el 'Wall Street Journal' en Ekaterimburgo. Fue acusado de espiar para la CIA y condenado el pasado julio, como a Whelan, a 16 años de prisión. No son los únicos: otro de los liberados es el opositor ruso Vladímir Kará-Murzá, quien ya sobrevivió a dos intentos de envenenamiento en 2015 y 2017. Fue arrestado en 2022 en Moscú, su ciudad natal, y acusado de alta traición, por lo que fue condenado a 25 años de prisión.

En esta línea, en ese listado de liberados se halla también la periodista Alsu Kurmasheva. Detenida en Kazán en 2023, la ruso estadounidense fue acusada de ser una "agente extranjera", y por ello condenada a seis años y medio de prisión. Rusia también ha conseguido llevar a su territorio a detenidos en Occidente. Alemania habría liberado a Vadim Krásikov, condenado a cadena perpetua por asesinar a un antiguo comandante independentista checheno. También otros, entre rejas por ejemplo, por delitos informáticos graves.

Biden habla de "hazaña diplomática"

Nada más realizar el correspondiente anuncio, Biden ya se aventuraba a calificar este canje como "hazaña diplomática", y de la importancia de tener aliados. El presidente de Estados Unidos ha recordado que "algunas de estas mujeres y hombres han estado detenidos injustamente durante años. Todos han soportado un sufrimiento y una incertidumbre inimaginables". Pero ha añadido, a modo de celebración: "Hoy, su agonía ha terminado".

En las negociaciones para la liberación de los presos han participado Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega y Turquía, naciones a las que Biden ha agradecido sus labores. El mandatario norteamericano ha afirmado que no dejará de "trabajar hasta que todos los estadounidenses detenidos injustamente o tomados como rehenes en todo el mundo se puedan reunir con sus familias". De acuerdo con el presidente, durante su mandato que inició en 2021 han sido liberados más de 70 estadounidenses presos en el extranjero.