Con puntualidad británica y bajo un estricto protocolo ha comenzado el desfile de tocados, de chaqués pero sobre todo de celebrities. George Clooney y Amal llegaban temprano a la boda: ella de amarillo radiante y él con la sonrisa más seductora de esta boda real.
Entre los más esperados los Beckham. Sir David se gira, sonríe y la gente enloquece. Tiene tiempo hasta para hacerse una foto con los fans. La expectación es máxima a las afueras del Castillo de Windsor. Ganas de ver a la novia pero también a la larga lista de invitados VIP.
No han faltado sorpresas como la presentadora Oprah Winfrey o el actor Idris Elba: sobrio pero elegante. Tampoco faltaban los compañeros de la serie de televisión en la que Meghan trabajaba, la tenista Serena Williams, yalgunos imprescindibles como Elton John, amigo íntimo de Lady Di y muy cercano a sus hijos.
Llega el príncipe Enrique acompañado por su hermano, el heredero a la corona. Dentro de la capilla nervios que contrarrestaban con música en directo para esperar las últimas entradas como la de la reina Isabel. Una vez dentro, reverencia de sus nietos a su llegada, sonrisas cómplices, y la iglesia en pie. La madre de la novia ha estado visiblemente emocionada.
Rodeada de niños la duquesa de Cambridge, Kate Middleton hacia entrada en la ceremonia y justo después Meghan entre gritos y aplausos. Puntualísima, a la una de la tarde, entraba para asombro de todos, incluido para el niño que le sujetaba el velo.