Tapando sus rostros con gorras acudían a los juzgados cuatro de los cinco británicos investigados por la muerte de Kirsty Maxwell. Es la joven escocesa que se precipitó por el balcón de un décimo piso, el pasado 29 de abril, en Benidorm. Todos han quedado en libertad con cargos, tras declarar ante la juez. Kirsty había viajado a Benidorm con 21 amigas a una despedida de soltera. Tras pasar la noche de fiesta llegó a su apartamento. Se equivocó de habitación y entró a la de los británicos. La joven intentó escapar por varias salidas.
Según el informe policial, "al no poder salir, ve una única vía de escape: la puerta corredera del balcón que se encuentra parcialmente abierta, creyendo que si se lanzaba caería dentro de la piscina, una medida desesperada, fruto de un estado de terror, comparable a lo que le sucede a una persona que salta al vacío desde un edificio durante un incendio", según ha detallado un informe.
La familia de la víctima había solicitado prisión preventiva teniendo en cuenta que ninguno de ellos tiene un vínculo en España. Luis Miguel Zumaquero, abogado de la familia ha señalado que "¿cómo nos aseguramos de que si el procedimiento va avanzando y se va ahondando en contradicciones y pruebas en contra de ellos posteriormente, voluntariamente vengan?". Los cuatro británicos solo han respondido a las preguntas de su abogado, Roberto Sánchez: "Se han ratificado en su declaración policial que fue muy extensa".
La acusación sostiene que Kirsty huía de una agresión sexual, basándose en las imágenes de la investigación donde la joven aparece con la camiseta levantada por encima del pecho. En mayo, un quinto investigado quedó también en libertad tras declarar. La fecha del juicio está aún por determinar.