Es la primera vez que en Europa se atenta contra menores, y es que niños y adolescentes se han convertido en el objetivo del útlimo atentado terrorista. "Hasta ahora no se había visto en ninguno de los atentados de Europa que el objetivo fuera un público tan joven", aclara Ignacio Cembrero en Al Rojo Vivo.
De nuevo se atenta en un lugar de ocio, en este caso el Manchester Arena. Cuenta con 23.000 localidades y en su interior hay un escenario central y dos cotas con asientos distribuidos en 360 grados.
El atentado se produjo en una de sus salidas, la que conecta el estadio con la estación de tren. Es un punto estratégico que no se eligió al azar, porque la explosión en este lugar podría haber provocado una avalancha mortal.
La Policía sospecha que el terrorista accedió al recinto cuando el concierto habría terminado, un momento en el que las medidas de seguridad se relajan.
Cuando todos salían, el terrorista entraría con un explosivo adosado a su cuerpo. Algunas hipótesis apuntan a que podría ser un lobo solitario arropado ideológicamente por otros terroristas, algo que está investigando la Policía.