Caía la noche y los disturbios continuaban en París, algunos 'chalecos amarillos' aprovechaban la oscuridad de la madrugada para desatar toda su violencia destrozando escaparate y desvalijando los comercios.
Los gendarmes establecieron un cerco a lo largo de los campos Elíseos y efectuaron múltiples registros y cacheos. Igual que durante el día, por la noche también se vivieron momentos de mucha tensión con cargas policiales que acabaron con manifestantes heridos y varios detenidos.
"La situación está controlada, aunque quedan puntos de tensión, en París y en el resto del país", ha dicho Christophe Castaner, ministro del Interior de Francia.
Los disturbios se extendieron al resto del país con barricadas y fuego en Toulouse y saqueos violentos en Burdeos. Imagen similar también en casi todas las ciudades importantes del país que deja cifra de detenidos rondando los 1.800.
Con la luz del día tocaba volver a la normalidad y hacer balance de daños. Los disturbios fueron más dispersos que la semana pasada lo que, según el ayuntamiento de París, conllevará un coste superior a los cuatro millones de euros. "Imperdonable, esto nunca debería haber pasado", dice un hombre. "Hay que sentarse a la mesa y esta vez es obligatorio entenderse", asegura una mujer.
Los Campos Elíseos vuelven a la vida y al turismo, esperando que este sea el último asalto de las protestas de los chalecos amarillos.