El presidente francés, Emmanuel Macron, continuará con sus consultas para encontrar un primer ministro tras descartar este lunes a Lucie Castets, la candidata al cargo del Nuevo Frente Popular (NFP), en una decisión que ha provocado indignación en la alianza de izquierdas, que la tacha de vergonzosa.

"Un gobierno basado únicamente en el programa y los partidos propuestos por la alianza con más diputados, el Nuevo Frente Popular, sería inmediatamente censurado por todos los demás grupos", expuso el Elíseo en un comunicado. Esa es, según la Presidencia, la conclusión a la que ha llegado Macron tras la primera ronda de consultas con los partidos políticos, que se inició el viernes precisamente con la recepción en el Elíseo de Castets y de los representantes de los distintos partidos de la alianza de izquierdas.

"La estabilidad institucional de nuestro país aconseja que no se adopte esta opción", alegó el Elíseo, por lo que "desde mañana" Macron abre un nuevo ciclo de diálogo con "responsables de partidos y personalidades que se distinguen por la experiencia al servicio del Estado".

Este rechazo es debido a que el NFP "no ha propuesto caminos para cooperar con las otras fuerzas políticas", como sí han hecho otras formaciones políticas, según el Elíseo, incluidos los grupos que componen el macronismo. Sin apoyos adicionales, los 193 diputados con los que cuenta el NFP desde las legislativas anticipadas de comienzos del verano no serían suficientes para superar potenciales mociones de censura, ya que están muy lejos de la mayoría absoluta de 289 escaños de la Asamblea Nacional.

"Mi responsabilidad es garantizar que el país no se bloquee ni se debilite. Los partidos políticos gobernantes no deben olvidar las circunstancias excepcionales de la elección de sus diputados en la segunda vuelta de las elecciones legislativas. Este voto les obliga", indicó el presidente francés en el mensaje.

Movilización y moción de destitución presidencial Tras el pronunciamiento de Macron, la reacción indignada de los grupos que componen el NFP -el Partido Socialista, los comunistas, los ecologistas y el más radical La Francia Insumisa (LFI)- no se hizo esperar, además de dejar claro que no irán de nuevo a dialogar al Elíseo.

"El comunicado de Emmanuel Macron es una vergüenza", criticó la secretaria nacional de Los Ecologistas, Marine Tondelier, que además tachó de "irresponsable" el razonamiento del presidente, al alegar "estabilidad" pese a haber sido él quien decidió disolver por sorpresa la Asamblea Nacional en junio.

El líder del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel, llamó por su parte a una gran "movilización popular". "Si existe otra coalición posible que disponga de una mayoría en la Asamblea Nacional que lo diga", retó el coordinador de LFI, Manuel Bompard, para quien la decisión de Macron es "antidemocrática" y se apoya en "una argumentación que no tiene ningún sentido".

Desde el partido fundado por Jean-Luc Mélenchon, además de las críticas a la decisión, se anunció la deposición de una moción de destitución contra el presidente, a pesar de que cuando LFI había amenazado días atrás con esta opción -que legalmente tendría escasas opciones de fructificar- había generado divisiones en el seno del NFP.

La moción de destitución presidencial se basaría en el artículo 68 de la Constitución, que indica que el presidente de la República no puede ser destituido más que en el caso de una falta a sus deberes manifiestamente incompatible con el ejercicio de su cargo. Es un procedimiento inédito en la historia de la V República que, para empezar, debería ser validado por la Asamblea Nacional y después por el Senado (de mayoría conservadora).

Por el momento, el Elíseo no ha precisado quiénes ni en qué orden participarán en la nueva ronda de conversaciones para encontrar un primer ministro. Las impresiones de los responsables del NFP el viernes pasado habían sido cautelosamente positivas tras la reunión con Macron y, durante el fin de semana, Mélenchon había incluso allanado el camino al abrir la puerta a que hubiera un gobierno de la coalición de izquierdas sin ministros de su partido.

Esa era la principal línea roja esgrimida hasta ahora por el resto de grandes partidos contra un potencial Ejecutivo con Castets a la cabeza. Pero no solo la derecha sino también el centro macronista redoblaron este lunes su rechazo a un gobierno del NFP, incluso sin miembros de LFI.

"Lo que propone Jean-Luc Mélenchon es quitar un nombre de la fachada de la tienda, pero no cambiar nada en el interior", aseguró Gabriel Attal, quien además de ser aún primer ministro en funciones es el líder del bloque macronista Juntos por la República.