El Nuevo Frente Popular que constituyó la izquierda francesa tras los resultados de la primera vuelta de las elecciones legislativas ha sido el claro vencedor de la segunda vuelta con 182 escaños, 14 más que el segundo en los resultados.

Los franceses han neutralizado así a la extrema derecha de Marine Le Pen, cuya victoria en la primera vuelta puso en pánico a la izquierda. Al quedar en tercer lugar, se esfuman sus posibilidades de gobernar.

Sin embargo, las cuentas no son tan evidentes para la izquierda y la falta de una mayoría absoluta obliga a plantear distintos escenarios.

Gobierno amplio

La izquierda trabaja para tener esta misma semana un nombre para encabezar el nuevo Gobierno. El encargado de confirmarlo esta mañana ha sido el líder de los Socialistas, Olivier Fauré.

Fauré sería un primer ministro ideal para la Unión Europea en un soñado Ejecutivo de amplio espectro que concentrara apoyos desde la izquierda hasta, incluso, la derecha tradicional.

De igual forma que se han constituido coaliciones electorales, esta coalición de Gobierno sería una posibilidad a ojo de analistas internacionales como Ruth Ferrero, profesora de Ciencia Política del Instituto Complutense de Estudios Internacionales: "Macron y Attal ya están intentando negociar con las partes más moderadas", señala.

Gobierno minoritario

Sin embargo, la locomotora de esa nueva 'gauche', Jean-Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa, ya ha dicho que quiere intentar gobernar sin ataduras macronistas ni centristas: "O se va Macron o debe elegir como primer ministro a uno de los nuestros".

Esta opción sería la de un Gobierno muy de izquierdas, pero en minoría, al quedar los 181 escaños del Frente Popular muy lejos de los 289 necesarios para la mayoría absoluta. Los de Melenchón necesitarían ganarse el apoyo de al menos 94 diputados.

Gobierno técnico

La tercera vía que se plantea sería la de un Gobierno técnico de un año. Para esta tercera opción tendría que nombrarse ministros sin afiliación de partidos, un gobierno tecnócrata en la línea de los que ya hemos visto en Italia.

Ante la perspectiva de una Francia bloqueada, ingobernable, el presidente Macron —al que durante al menos un año no pueden hacerle una moción de censura, ni puede convocar elecciones— de momento ha optado por rechazarle la dimisión a su primer ministro, Gabriel Attal. Quién sabe si preparando el terreno para ese Gobierno técnico hasta nuevas elecciones.

¿Y la repetición de elecciones?

Por el momento, esta opción no podría darse, ya que, como hemos anotado antes, la Constitución francesa obliga a que pase un año para proceder a una nueva disolución de la Asamblea Nacional.