El reelegido presidente de Francia, Emmanuel Macron, tiene un perfil político ambiguo. Se le califica de liberal, centrista y 'outsider', unas etiquetas que lleva arrastrando desde que llegase a la política francesa.
Su padre político, François Hollande lo definió como un "viajero sin rumbo". Él fue clave en la vida política de Macron, quien primero fue secretario general adjunto de la Presidencia de Hollande y después dirigió la cartera de Economía en su gobierno socialista hasta que en 2016 lanzó su propio partido político, ¡En Marcha!, lo que defendió como una "revolución democrática" y una candidatura que no era "ni de izquierdas ni de derechas".
Tras su victoria en las elecciones presidenciales de 2017, le cambió el nombre y pasó a llamarse La República en Marcha. Macron ganó al conseguir dos de cada tres votos de la segunda vuelta de las elecciones y se convirtió en el presidente más joven de Francia a sus 39 años.
Durante sus cinco años de gobierno, Macron ha tenido que liderar con las protestas de los 'chalecos amarillos' en 2018, con la crisis de la pandemia y con la guerra de Ucrania, y aunque ha intentado tener una imagen de político cercano, no convence a muchos franceses.
Algunos de los votantes sienten rechazo hacia el candidato por la arrogancia con la que se presenta como primero de la clase. Aunque siempre lo ha sido: se licenció con matricula de honor en Filosofía y a los 27 años ya era considerado un intelectual de la política francesa.
Los tres principales inconvenientes que los electores señalan en las encuestas es que aunque Macron tiene madera de presidente, algunos creen que es demasiado autoritario, sienten inquietud hacia su persona o le consideran demagogo. En estos tres aspectos pisa los talones a su competidora, Marine Le Pen, en las encuestas.
En estas elecciones, aunque no contaba con el factor sorpresa de los anteriores comicios, al enfrentarse a Marine Le Pen en una segunda vuelta, ha contado con el apoyo de partidos de la izquierda y la derecha francesa.
Líderes políticos como el candidato de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon; Valérie Pécresse, candidata de Los Republicanos (conservadores); Fabien Roussel, candidato del Partido Comunista Francés; el ecologista Yannick Jadot; y la candidata del Partido Socialista, Anne Hidalgo, han pedido el voto para Macron o han insistido en realizar un cordón sanitario a la candidata ultraderechista, que en esta ocasión llegaba a la segunda vuelta con más posibilidades que nunca.
Entre las principales promesas electorales de Macron para estas elecciones, seguir mandando armas a Ucrania y sancionar a Rusia, o el aumentar la edad de jubilación a los 65 años.