Maduro dijo que está dispuesto a convertirse en "un dictador" para garantizar los precios al pueblo y lograr "la paz económica" si no consigue hacerlo por las buenas, y advirtió de que no habla "por hablar". "Llueva, truene o relampaguee nosotros vamos a lograr la paz económica, la prosperidad y la estabilidad de los precios (...) Lo quiero hacer por las buenas, pero si tengo que hacerlo por las malas y convertirme en un dictador para garantizarle los precios al pueblo lo voy a hacer", afirmó el mandatario en cadena obligatoria de radio y televisión.
El jefe de Estado indicó que la estabilidad de los precios de los productos debe ser un "objetivo nacional" al que se unan los productores y los distribuidores. Maduro expresó su deseo de que el proceso para lograr la prosperidad económica sea natural e insistió en criticar el caos y la especulación irregular de los precios, al subrayar que "Venezuela necesita estabilidad, un ganar-ganar".
Consideró que se logrará la "paz económica" con las recientes medidas económicas adoptadas como "el sistema de precios acordados" y la creación de los nuevos mecanismos como los "fiscales populares" que controlen y señalen ante la Fiscalía a los comerciantes que vendan productos a precios mayores que los que fija el Estado. Maduro anunció un conjunto de medidas económicas ante la plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente, instaurada por el chavismo, a la que entregó ocho proyectos de ley para consolidar el "modelo socialista" de Venezuela y salir de una profunda crisis de la que responsabiliza al "neoliberalismo capitalista".
La medida estrella de Maduro contra la crisis es el establecimiento de un "nuevo sistema" con el que la Comisión de Economía de la Constituyente fijará, junto a "los sectores productivos y distributivos" y "los consumidores", los precios de la leche, el pan, el aceite, el jabón, la pasta y el pollo, entre otros productos. Este nuevo impulso al control de precios ya implantado en el país estará reforzado, según una de las propuestas del mandatario, por "fiscales" elegidos de entre organizaciones comunitarias y cuadros de la revolución, que señalarán ante el Ministerio Público a quien venda a precios superiores a los fijados.
El objetivo es perseguir y "meter presos" a esos comerciantes, a los que Maduro acusó de inflar en "un mil por ciento" el coste de los productos para enriquecerse, y del desabastecimiento y la explosión de la inflación. Venezuela afronta desde hace al menos tres años una escasez de productos alimenticios que ha llevado a que diversos productos sean vendidos en el comercio informal.