Los 2.200 millones retirados, "un 5% de su valor"
El as en la manga de la Universidad de Harvard para combatir las embestidas de Trump: patentes, masters y donaciones privadas
¿Qué ha pasado? El presidente ha retirado fondos federales después de que la institución se negase a poner fin a sus programas de inclusión. Ahora, ante la resistencia de la universidad, les ha exigido una lista sobre donativos extranjeros y personal con vínculos fuera del país.

Resumen IA supervisado
La Universidad de Harvard se mantiene firme ante las presiones de Donald Trump, quien busca amedrentar a la institución con sanciones y la retirada de fondos federales por valor de 2.200 millones de dólares. Harvard, la universidad más antigua de Estados Unidos, destaca por su prestigio y su independencia, sustentada por un sistema de gobierno compartido entre la corporación y una junta de supervisores. Aunque las medidas de Trump, como la retirada de exenciones fiscales y el veto a estudiantes extranjeros, afectan a la investigación, Harvard sigue confiando en su historia y en su capacidad para resistir la coacción política. Además, el Departamento de Educación ha solicitado información sobre donaciones extranjeras y afiliaciones, mientras que Harvard enfrenta ser parte del grupo de trabajo federal contra el antisemitismo. A pesar de todo, la universidad sigue defendiendo su legado.
* Resumen supervisado por periodistas.
La Universidad de Harvard sigue sin rendirse ante Donald Trump. Sigue sin hincar la rodilla ante las exigencias del republicano. Ante las decisiones que desde la Casa Blanca buscan amedrentar a la institución. A las sanciones. Al adiós a los fondos federales por valor de 2.200 millones. Ante todo eso, siguen de pie. Siguen defendiendo sus cuatro siglos de historia.
Porque es la universidad más antigua de todas cuantas hay en EEUU. Porque, desde su construcción en 1636, ha acogido a varios de los más grandes nombres del país norteamericano. A muchos de sus presidentes. A los Kennedy. A los Obama. Porque Harvard es, entre otras cosas, sinónimo de prestigio.
De haber mantenido su ADN intacto. Porque es verdad. Es libertad. Es innovación. Es, también, independiente. Es una especie de pequeño estado soberado, con un poder compartido entre dos órganos independientes que resulta ser muy difícil de manipular. Por un lado, la corporación que preside el rector, por otro lado, una junta de supervisores siendo muchos de ellos antiguos alumnos.
Además cuentan con un as en la manga. Con el as de las patentes. De las donaciones privadas. De los masters. Porque sí, 2.200 millones son o parecen ser muchos. Para Harvard, suponen "un 5% de su valor", como afirma José Antonio Gurpegui, director del Instituto Franklin.
Pero afecta. Afecta mucho. Afecta porque el trabajo de muchos profesores está perdido. Porque la investigación siempre ha sido la columna vertebral de esta universidad. Sin embargo, Gurpegui lo tiene claro: "Harvad siempre ha sido muy independiente y nunca ha permitido una coacción y que sea, aunque ella venga de un presidente".
Trump, con su mirada fija en Harvard
Y eso que Trump lo está intentando. Porque llega, ahora, con una nueva embestida. La de retirar sus exenciones fiscales. La de vetar a estudiantes extranjeros. Sin embargo, en Harvard saben que detrás de la universidad hay cuatro siglos de historia... y que al republicano, como mucho, le quedan cuatro años en la Casa Blanca.
El magnate ha puesto su mirada en la Universidad de Harvard. Lo ha hecho después de que la institución se haya negado a poner fin a sus problemas de igualdad como pedía la Casa Blanca. Tras eso, sanción tras sanción y medida tras medida que han supuesto la cancelación de unos 2.000 millones de euros en fondos federales.
Además, el Departamento de Educación de EEUU ha pedido que entreguen una lista con información sobre donativos que hayan obtenido del extranjero, así como una lista de todos los investigadores, académicos, estudiantes y profesores, tanto visitantes como temporales, que pertenezcan o estén afiliados a gobiernos extranjeros.
Harvard es la segunda universidad blanco del llamado 'grupo de trabajo federal para combatir el antisemitismo', creado por Trump. Antes, con el mismo pretexto, ya cortaron 400 millones de dólares a la Universidad de Columbia, tras lo cual este centro aceptó una serie de requisitos del Gobierno para no perder la financiación.