Dentro del grupo de refugiados que está preparando esta lista se encuentra Mohib Bullah, de 43 años de edad, residente en el campo de refugiados de Kutupalong, en Bangladesh. Bullah espera afinar los resultados obtenidos por estimaciones anteriores de Médicos sin Fronteras, que sitúa la cifra de muertos en 6.700 sin dar nombres y dentro de un plazo bastante limitado de tiempo: un mes.
La nueva lista abarca fallecidos desde el principio de la represión, en agosto de 2017, y da nombres y apellidos. El Gobierno birmano, que se ha comprometido a perseguir a los responsables y subraya constantemente que la campaña militar comenzó en respuesta a ataques de separatistas rohingya en el estado de Rajine, no ha querido pronunciarse.
Bullah, antiguo cooperante humanitario, pertenece ahora a la Sociedad Arakan Rohingya para la Paz y los Derechos Humanos, responsable de confeccionar esta lista que, para evitar acusaciones de falta de veracidad, prefiere "apuntar por lo bajo". Junto a él está otro empleado del grupo, Mohammed Rafee, quien explica la dificultad de verificar datos exactos con los testigos y el resto de la comunidad.
"Nuestra gente es analfabeta y algunas veces se confunde durante las entrevistas. La idea es recopilar la información de la manera más fiable y creíble que se pueda", explica Rafee. Por ejemplo, aunque prácticamente todos los testimonios apuntan a que más de 1.000 personas murieron en la localidad de Tula Toli, "solo pudimos recopilar 750 nombres, así que en 750 se quedó la cifra", puntualiza Bullah.
"Pero hemos ido familia a familia y nombre a nombre. Son las familias afectadas las que nos han dado la mayor parte de la información", asevera.
Sin embargo, las discrepancias están a la orden del día y un dato tan preciso como una fecha exacta puede ser fuente de discusiones en las reuniones de los refugiados (en mezquitas improvisadas y entre el ruido ensordecedor de las lluvias monzónicas) que comenzaron el pasado mes de noviembre.
Otro problema es la mezcla de idiomas. En la redacción de la lista se emplean el inglés, el rohingya y el birmano, lo que da lugar a la confusión y que la localidad de Tula Toli se pronuncie de 30 formas distintas. Hay fechas escritas en formato europeo y americano (caso este último donde mes y día cambian de posición) sin especificar cuál, y aunque la lista se centra en la campaña que comenzó en agosto de 2017, también documenta casos de ejecuciones extrajudiciales desde 2012.