Totalmente blindado amanecía este domingo el centro de París. 10.000 agentes vigilaban las inmediaciones y los accesos al Arco del Triunfo, donde tenían lugar los actos del centenario del armisticio, y hacían cacheos y registros a todos aquellos que intentaban acceder a la zona, a la que había que llegar con tiempo.
Máxima seguridad tras la detención hace unos días de cuatro personas que preparaban un atentado para este domingo contra el presidente Macron. Donald Trump llevaba, incluso, su propia seguridad.
Apostados a ambos lados de los Campos Elíseos, a apenas diez metros de distancia, se situaba un agente: así llegaban los primeros coches oficiales de las 98 delegaciones que han acudido al acto.
Una celebración en el centro neurálgico de París, a los pies de la llama que nunca se apaga, en memoria al soldado desconocido.
Además, se han escuchado discursos en varios idiomas de los soldados que combatieron en la guerra. Bajo una intensa lluvia que no ha parado en toda la mañana, desfilaban los 72 líderes mundiales que han acudido.
La anécdota de la mañana la dejaba Macron, cuando tomaba la palabra y tenían que traerle otro micrófono porque el del atril no funcionaba.
En la memoria, los más de 20 millones de muertos y como colofón, el bolero de Ravel que recuerda la paz que llegó a Europa, tras la primera gran guerra, hace hoy 100 años.