Uno de los campos de desplazados sirios en la provincia de Idlib está totalmente inundado tras dos días de intensas lluvias.
Cientos de tiendas han sido arrasadas y buena parte de las provisiones de agua y comida se han echado a perder.
Las ONG alertan: en estas condiciones, y con temperaturas bajo cero por las noches, los niños y los ancianos están en peligro.