Los bomberos de Australia luchan para contener los más de 100 incendios forestales que han destruido casi 50 viviendas en los estados de Queensland y Nueva Gales del Sur, en la costa este del país.
En el estado nororiental de Queensland, la primera ministra Annastacia Palaszczuk ha indicado que se produjeron 51 incendios. Además ha recordado que el riesgo de incendios seguirá siendo alto durante varios días a pesar del enfriamiento de las temperaturas. "Todavía no estamos fuera de peligro las condiciones son increíblemente secas", ha sentenciado.
Por otra parte, en Nueva Gales del Sur, el estado más poblado de Australia, se han producido más de 65 incendios de matorrales y pastizales. "Más de 500 bomberos continúan protegiendo los hogares para controlar los incendios en condiciones difíciles", ha informado el Servicio de Bomberos Rurales un comunicado.
La situación de sequía, determinante
La primera semana de la primavera australiana no ha sido históricamente una etapa de alto peligro para los incendios. Sin embargo, la costa este del país está viviendo un periodo de sequía. Las temperaturas cálidas, la baja humedad, las condiciones secas y los fuertes vientos han avivado las llamas.
"Trabajando con la Oficina de Meteorología, mirando nuestros registros, no podemos encontrar datos en los que las clasificaciones de peligro de incendio hayan sido tan altas", ha afirmado la Corporación Australiana de Radiodifusión.