Una vez más Israel ha vuelto a masacrar Palestina. Lo ha hecho dos días después de que el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya le ordenase detener de inmediato su ofensiva en Rafah. El bombardeo aéreo sobre un campamento de desplazados ha matado a medio centenar de personas en la madrugada de este lunes en el barrio de Tal al Sultan, al noroeste de Rafah. Una auténtica masacre contra mujeres y niños que ha disparado la cifra de muertes en Gaza por encima de las 36.000 víctimas y que se está produciendo a costa de una inacción internacional casi cómplice. Mientras diferentes países lamentan y condenan la masacre, en la práctica, ninguno de ellos toma acciones para pararle los pies a Netanyahu.
La Unión Europea ha convocado al ministro de Exteriores de Israel, Israel Katz, para abordar el respeto de los derechos humanos en Gaza; algunos países han amenazado con revisar los acuerdos entre Bruselas y Jerusalén y han pedido reunirse con Katz, el mismo hombre que ha elevado el tono contra España y ha amenazado con que "a aquellos que nos hacen daño, nosotros les haremos daño en respuesta".
Por su parte, España, Noruega e Irlanda defienden reconocer este martes el Estado palestino. Desde el Gobierno, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, asegura que esta decisión nos acercará a "una convivencia pacífica entre israelíes y palestinos". Pero estas llamadas de atención a Israel no consiguen pararle los pies a Netanyahu. La masacre continúa sin cesar en Rafah frente a la inacción internacional.
La masacre continúa: 45 personas han muerto en un campo de desplazados
Prueba de ello ha sido la última masacre de Israel que ha tenido lugar en la madrugada de este domingo al lunes. Pese a que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lo ha calificado en el Parlamento de "trágico error", lo cierto es que el ataque ha sido confirmado por el Ejército israelí, que asegura que iba dirigido contra dos altos cargos de Hamás. Y es que Israel es el responsable de esa incursión militar y de esos ataques sangrientos a zonas seguras llenas de civiles.
Al menos 45 palestinos, entre ellos al menos 23 mujeres, niños y personas mayores, han muerto en el ataque contra el campamento. El balance de víctimas mortales de la ofensiva israelí en la Franja de Gaza asciende así a 36.050 muertes desde el 7 de octubre, mientras que al menos 81.026 personas han resultado heridas, aunque se estima que millares de muertos siguen bajo los escombros.
Israel desoye al Tribunal Internacional de Justicia
La paradoja es que Israel ha quemado vivos a decenas de palestinos en las mismas tiendas de campaña en las que les obligó a buscar refugio. Lo ha hecho desoyendo una vez más al Tribunal Internacional de Justicia, y tirando, como ya ha hecho en otras ocasiones, de victimismo.
El Alto Representante de Exteriores de la UE, Josep Borrell, ha comentado esta misma mañana que "el fiscal y el tribunal han sido fuertemente intimidados y acusados de antisemitismo; como siempre que cualquiera hace algo que al Gobierno de Netanyahu no le gusta".
Pero los de Netanyahu están pudiendo perpetrar masacre sobre masacre en Palestina porque la propia comunidad internacional se lo está permitiendo con una inacción mundial casi cómplice. Por mucho que diferentes países tanto europeos como árabes les señalen, denuncien la masacre y la injusticia que se está viviendo en este territorio, Netanyahu no frena su ofensiva y la masacre continúa sin cesar.
El codirector del Instituto de Estudios Sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), Jesús Núñez Villaverde, lo ha resumido muy claro este lunes en Al Rojo Vivo: "La UE o los países árabes siguen lamentándose y condenando, pero mientras tanto no toman ninguna acción que le haga sentir a Israel que hay líneas rojas que no se pueden cruzar impunemente".
Según señalan diferentes expertos, Israel ha visto la masacre terrorista del 7 de octubre como una ocasión única para imponerse sobre el territorio de la Palestina histórica.
Desde ese día, el balance de víctimas mortales de la ofensiva israelí en la Franja de Gaza asciende a 36.050 muertes, mientras que al menos 81.026 personas han resultado heridas, aunque se estima que millares de muertos siguen bajo los escombros.