La primera ministra británica, Theresa May, anunció que solicitará una nueva prórroga para el Brexit, tan corta "como sea posible", para tratar de acordar con la oposición una vía de salida de la Unión Europea (UE) que cuente con un respaldo mayoritario.
May compareció ante los medios en su residencia de Downing Street tras una reunión extraordinaria de unas siete horas con su gabinete de ministros para tratar de desbloquear el proceso del Brexit.
"Siempre he dejado claro que una ruptura sin acuerdo (de la UE) podría convertirse en un éxito a largo plazo, pero la mejor solución es hacerlo con un acuerdo, así que vamos a necesitar una nueva extensión del artículo 50 (del Tratado de Lisboa)", indicó la jefa de Gobierno.
El Reino Unido abandonará el bloque comunitario de manera no negociada dentro de diez días si no respalda un acuerdo o bien Bruselas le concede una nueva prórroga.
May subrayó que la extensión que contempla terminaría cuando el Parlamento ratifique un tratado de salida, lo quedebe suceder antes del 22 mayo para que el Reino Unido no se vea obligado a participar en las próximas elecciones comunitarias. La jefa de Gobierno ofreció al líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, acordar un plan conjunto que pueda lograr una mayoría en la Cámara de los Comunes.
Si ese proyecto no llega a buen puerto, el Ejecutivo propondrá entonces a los diputados que voten sobre una serie de opciones alternativas, que por el momento no ha desvelado. "El Gobierno está preparado para obedecer la decisión de la cámara", subrayó la mandataria conservadora.
"Podemos y debemos encontrar un compromiso que logre cumplir con lo que los británicos votaron (en junio de 2016). Estamos en un momento decisivo en la historia de estas islas, que requiere unidad nacional", agregó.
La primera ministra puntualizó que el acuerdo de salida que selló el pasado noviembre con el resto de líderes comunitarios no puede ser reabierto, y que las modificaciones que pueda respaldar el Parlamento se producirán en el documento no vinculante que lo acompaña.
En ese texto se perfilan los futuros arreglos bilaterales que esperan forjar Londres y Bruselas, por lo que podrían negociarse cambios que incluyeran una unión aduanera o un mayor acceso al mercado único que el que se ha contemplado hasta ahora. El Parlamento, sin embargo,ha rechazado esas opciones cuando se han sometido a votación.