Theresa May, dispuesta a salir de Downing Street definitivamente. Ha aguantado 'carros y carretas' hasta esta tarde, cuando se ha reunido con los 'tories' en el Parlamento Británico.
Con Westminster diciendo que coge las riendas del Brexit ante su "flagrante incapacidad" y sus diputados en contra, la primera ministra parece estar preparada, ahora sí, a dejar el cargo "antes de la siguiente fase de las negociaciones" con la Unión Europea.
"Sé que hay un deseo de un nuevo enfoque y un nuevo liderazgo para la segunda fase de las negociación del Brexit y no me interpondré en el camino", ha afirmado, asegurando que está "preparada" para "hacer lo correcto para el país y para el partido".
Golpe de efecto para presionar y que se apruebe el acuerdo ya pactado con Bruselas. Porque esa es la condición, que se apruebe el Acuerdo de Retirada. El Gobierno seguiría con su intención de presentárselo a sus señorías por tercera vez. El plazo límite impuesto por la UE es el próximo viernes 29 de marzo. Pero es el presidente de la Cámara quien lo tiene que permitir, y exige para ello cambios sustanciales advirtiendo de que "no intenten colársela".
Mientras, los diputados británicos votan sus propuestas alternativas, hasta ocho admitidas, para el divorcio con la UE. Irían desde romper a las bravas a todo lo contrario, no romper. Pasando por diversas variantes, hasta cuatro, de asociación comercial y aduanera. Y que, sea lo que sea, haya un referéndum confirmatorio.
Todo esto, sin que los resultados sean vinculantes. Un verdadero galimatías mientras los 27 esperan por este cuento de nunca acabar.