Recta final de un largo juicio
La mayoría de los 51 acusados no admite haber violado a Gisèle Pelicot: "No me considero un violador, en absoluto"
El juicio contra Dominique Pelicot y otros 50 acusados de haber violado bajo los efectos de somníferos Gisèle entra en la recta final con los últimos interrogatorios.
El juicio contra Dominique Pelicot y otros 50 acusados de haber violado bajo los efectos de somníferos a la exmujer del primero,Gisèle, a lo largo de diez años, entra en la recta final con los últimos interrogatorios en un largo juicio que ha sacudido las conciencias de todos. Este lunes han declarado los últimos violadores de Gisèle y uno de sus hijos.
De los 51 hombres acusados de violar a Gisèle Pelicot, solo 14 han reconocido que lo hicieron. Es decir, la mayoría no lo admite y uno de ellos incluso asegura que no es un violador: "No, no me considero un violador, en absoluto".
Aunque quien los invitó a hacerlo, el exmarido de Gisèle, Dominique Pelicot, no tiene dudas: "Soy un violador como los de esta sala". Pero 35 de ellos lo niegan, pese a haber sido grabados por el propio Pelicot, incluso le restan importancia a haber violado a una mujer inconsciente.
Dominique Pelicot guardaba 20.000 fotografías y vídeos en una carpeta llamada 'Abusos'. "Es superficial" o "fue una violación involuntaria" son algunas de las surrealistas explicaciones que han dado en el juicio algunos acusados. Algunos se han disculpado, también Dominique Pelicot, por haber sufrido abusos durante la infancia, como si eso justificara haber violado a Gisèle un centenar de veces durante 10 años.
A Francia le ha conmocionado comprobar que esos violadores eran hombres normales. Entre los acusados hay periodistas, bomberos, jubilados, hombres casados, solteros.... algunos sin antecedentes. A otros les han encontrado después de pornografía infantil, y uno de ellos incluso está acusado de violar a su propia hija. Y otro de los acusados violó a Gisèle mientras su mujer daba a luz.
Mientras ellos han luchado por ocultar su identidad, Gisèle Pelicot solicitó que fuese un juicio público. Ella siempre ha dado la cara, para lanzar un mensaje claro: "Quiero que estas mujeres que son víctimas del sometimiento químico ya no se avergüencen". Convertida en un símbolo, ha recibido el respaldo en sala de decenas de mujeres que han acudido durante las 12 semanas de juicio a acompañarla y para demostrarle que no está sola.