La jornada electoral en Afganistán ha dejado al menos 67 muertos, entre ellos 27 civiles, y 126 heridos en unos 200 ataques perpetrados en todo el país por los talibanes, que habían amenazado unas elecciones parlamentarias que llegaban con tres años de retraso para elegir a 250 diputados.
Los 193 ataques contra las fuerzas de seguridad afganas y los colegios electorales comenzaron con la apertura de los centros, afirmó en una rueda de prensa en Kabul el viceministro de Interior, Akhtar Muhammad Ibrahimi.
Para garantizar la seguridad en los comicios, el Gobierno afgano desplegó en todo el país 70.000 soldados y policías, según reveló en una rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Interior, Najib Danish, lo que supone un incremento de 16.000 efectivos respecto al anuncio de hace unos días.
El portavoz añadió que finalmente abrieron 4.900 centros electorales en 32 provincias, después de que la meridional Kandahar decidiera retrasar los comicios tras el atentado el jueves en el que murieron parte de los jefes de seguridad de la región.
Mientras tanto, los talibanes recordaron a la población que "los centros electorales del enemigo en todo el país están bajo ataque", por lo que pidieron a los ciudadanos que no participen en este "falso proceso" si "desean salvar sus vidas", aseguró en un comunicado el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid.