Un atentado terrorista, aparentemente de inspiración islámica, causó hoy ocho muertos y más de una decena de heridos por un atropello múltiple en Manhattan perpetrado por un hombre que fue herido por la policía y está detenido. Aunque las autoridades sólo han señalado que el hombre tiene 29 años, medios locales lo identificaron como Sayfullo Saipov, al parecer residente en la ciudad de Tampa, en el estado de Florida.
De acuerdo con los informes oficiales, el supuesto agresor irrumpió con una camioneta en un carril para bicicletas en el suroeste de Manhattan y arrolló a la mayoría de las personas a lo largo de unas quince calles. El vehículo terminó chocando contra un autobús escolar, y el conductor salió de la camioneta empuñando una pistola de perdigones y otra de disparo de bolas de pintura, antes de que recibiera uno o varios disparos en el abdomen y fuera detenido.
Según medios locales, algunos testigos oyeron que el atacante gritaba "Allahu Akbar" (Alá es grande). La policía sólo confirmó que el agresor, al salir del vehículo, lanzó algunos gritos que eran "consistentes con la calificación de acto terrorista". Las imágenes difundidas en redes sociales y reproducidas en televisión mostraron al hombre, con una larga barba, caminando por la calle y portando dos pistolas.
El atentado se registró hacia las 15.05 hora local (19.05 GMT), y la zona quedó completamente acordonada por fuerzas policiales, vehículos oficiales y ambulancias. "Este es un vecindario tranquilo, es muy raro que eso ocurra", dijo a Efe Jailine Maldonado, una estudiante de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY). El atentado ocurrió no muy lejos de la llamada "zona cero", donde hace 16 años otro ataque terrorista sembró el terror con la destrucción de las Torres Gemelas.
Bicicletas tiradas sobre el pavimento, heridos y cuerpos cubiertos con sábanas era la escena poco después del atentado, que llenó de asombro y terror a transeúntes, estudiantes y residentes de esa zona, donde se encuentra una escuela, un parque infantil, el centro universitario y diversos negocios. Decenas de periodistas y de curiosos que captaban en sus móviles la escena abarrotaron la esquina de las calles Chambers y Greenwich del bajo Manhattan, mientras algunos testigos contaban lo ocurrido, como Chris Velez, de 19 años.
Vélez dijo que caminaba hacia el colegio cuando escuchó tres disparos. "Continué hacia la escuela y fui a la biblioteca desde donde vi en la calle dos cuerpos, uno separado del otro y varias bicicletas", declaró el joven, de 24 años. "Había mucha policía y escuché los helicópteros", agregó. John Williams caminaba por la zona cuando vio a dos mujeres y un grupo de unos diez niños que corrían hacia él. "Una niña de unos cinco años dijo que había un hombre armado y casi de inmediato escuché entre cinco y diez disparos", afirmó el testigo.
Agregó que vio a un hombre tendido en el suelo, boca abajo, y a otro que corría hacia el parque. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, calificó el ataque como "un cobarde acto de terrorismo" que costó la vida de "ocho inocentes" que se encontraba en el lugar, cerca de la orilla del río Hudson. "Ha sido una tragedia horrible", agregó De Blasio, que estaba acompañado por el gobernador del estado, Andrew Cuomo, y por el jefe de la Policía de Nueva York, James O'Neill.
Seis de las víctimas, todas ellas varones, perecieron en el lugar de los hechos y las otras dos personas murieron mientras eran trasladadas a un hospital. Dos de los heridos son menores que iban en el autobús con el que chocó el vehículo del autor del atentado. No se ha facilitado una cifra exacta de heridos, pero las autoridades cifraron entre ellos a once personas que sufrieron lesiones graves, aunque no está en peligro su vida, aunque señalaron que posiblemente haya más personas lesionadas.
El incidente ocurrió horas antes del multitudinario desfile de Halloween, que reúne a miles de personas disfrazadas por las calles del West Village, cercano al lugar del atentado. No obstante, las autoridades indicaron que el acto se celebraría como habitualmente y con una presencia reforzada de seguridad.