Otra vez el ISIS. Otra vez en Francia. Un hombre atacó a cuchilladas a cinco personas en el centro de París. Fue un ataque terrorista. Lo confirmaba el fiscal de la ciudad gala: "Basándonos en testimonios de que el agresor gritó 'Alá es grande' mientras atacaba a los viandantes con un cuchillo y teniendo en cuenta el método, hemos encargado la investigación a la sección de Antiterrorismo".
Ocurrió en el céntrico barrio de la Ópera. Un francés de 21 años y de origen checheno, fichado por la policía por su radicalización desde 2016 aunque sin antecedentes judiciales, la emprendía a puñaladas contra todos.
La Policía tardó apenas nueve minutos en abatirlo. Tiempo suficiente para dejar un muerto y cuatro heridos. Dáesh aseguraba a través de su agencia Amaq, que este nuevo ataque era una represalia por la participación de Francia en la coalición internacional que bombardeó Siria.
El presidente Macron, en un tuit, lamentaba que su país pague con sangre, pero asegura no cederá ni un ápice ante los enemigos de la libertad.
Francia rebajó el nivel de alerta antiterrorista en mes de noviembre de 2017. Permanecía en estado de emergencia desde el ataque contra la sala Bataclan, un atentado que en noviembre de 2015 dejó 90 muertos. Desde entonces Francia ha visto morir a 240 personas en ataques islamistas.