Al menos 103 personas han muerto y 235 resultaron heridas por la potente explosión que sacudió la capital afgana, Kabul, provocada por una ambulancia bomba que fue detonada frente a un control policial, ha confirmado este domingo el ministro del Interior afgano, Wais Barmak.
Una treintena de los fallecidos eran policías, de acuerdo con el ministro, que ha comparecido en rueda de prensa recogida por la televisión afgana Tolo News.
"Había dos ambulancias. El primer vehículo paró en el control policial, pero posteriormente los dos lograron rebasar el control. La primera ambulancia era simplemente una lanzadera y sus ocupantes huyeron en el propio vehículo y la segunda ambulancia fue detonada", ha explicado Barmak en la rueda de prensa.
Barmak ha asegurado que los organismos de seguridad están haciendo todo lo posible para combatir la insurgencia y detener este tipo de ataques. "Todas las fuerzas de seguridad están colaborando para combatir la insurgencia y todas se sienten responsables por el atentado del hotel (de la semana pasada) y por el atentado con bomba del sábado", ha apuntado.
"No ha habido negligencia ni temeridad por parte de las fuerzas de seguridad en lo que respecta al atentado de ayer", ha apostillado. Sin embargo, ha reconocido que no pueden hacer pública toda la información sobre la investigación, porque podría perjudicar este proceso. En cualquier caso, ha anunciado cambios en la planificación de seguridad de Kabul que se aplicarán en cuestión de semanas.