El número de muertos por las lluvias torrenciales en Japón ha ascendido a al menos 114 y otras 61 personas continúan desaparecidas después de que las inundaciones forzaran a varios millones de personas a abandonar sus hogares, la cifra más alta desde 1983, cuando las lluvias acabaron con la vida de 117 personas.
La situación ha llevado al primer ministro del país, Shinzo Abe, a cancelar una gira en el extranjero en la que tenía previsto visitar Bélgica, Francia, Arabia Saudí y Egipto. Abe tenía previsto iniciar el viaje este miércoles.
Así, ha indicado durante una reunión de emergencia que el Gobierno dará rápidamente apoyo a los residentes en las zonas afectadas y destinará ayuda financiera para la reconstrucción.
En este sentido, ha recalcado que las autoridades harán todo lo posible para reconstruir las zonas afectadas una vez cuentan con información detallada sobre los daños, según ha informado la cadena nacional NHK.
Los equipos de rescate japoneses han cavado entre los escombros para encontrar supervivientes después de que las lluvias torrenciales provocaran inundaciones y deslizamientos de tierra.
La lluvia ha disminuido en toda la región occidental afectada y ahora se pronostican temperaturas superiores a 30 grados, lo que se teme que provoque insolaciones en áreas que están aisladas de electricidad o agua.
"No podemos bañarnos, el inodoro no funciona y nuestro arsenal de alimentos se está agotando", ha dicho Yueko Matsui, cuya casa, en la ciudad de Mihara, no tiene agua.
"El agua embotellada y el té embotellado han desaparecido de las tiendas", ha señalado a la agencia británica de noticias Reuters un trabajador de una guardería de 23 años en una estación de suministro de agua de emergencia.
Alrededor de 12.700 personas no tienen electricidad, según han informado las compañías eléctricas, y decenas de miles no tienen agua.
Las industrias también se han visto afectadas, como Mazda Motor Corp, que se ha visto obligado a cerrar su oficina central en Hiroshima. El fabricante de automóviles suspendió las operaciones en varias plantas debido a las lluvias de la semana pasada.
Las refinerías y terminales petroleras no se han visto afectadas, pero las carreteras han bloqueado el acceso limitado a una gasolinera de Showa Shell en la ciudad, lo que ha provocado escasez de gas y diésel en las zonas cercanas.
Aunque las órdenes de evacuación se redujeron a partir del fin de semana, casi dos millones de personas aún se enfrentan a las órdenes o consejos de mantenerse alejados de sus casas, según han señalado funcionarios de bomberos y desastres.
Se ha establecido un centro de gestión de emergencias en la oficina del primer ministro, con cerca de 54.000 miembros de equipos de rescate, de los departamentos militares, policiales y de bomberos desplegándose en todo el oeste y suroeste del país.