En el que ha sido su último discurso como presidenta del partido, Merkel ha llamado a la cohesión en sus filas y defendido la vía centrista para su partido. Ha recordado ahí la canciller que asumió la jefatura del partido 18 años atrás en una "situación muy difícil para el partido" por el escándalo de financiación irregular que se reveló bajo la denominada "era" Helmut Kohl.
Costó "superar" esa situación, ha proseguido, y muchos años "y muchas elecciones después" el desafío ahora es "mantenerse unidos" y "liderar unidos", siempre desde la vocación centrista que caracteriza a la CDU.
A los 1.001 delegados del Congreso, que se celebra en Hamburgo, compete elegir a la nueva cúpula al completo, además del puesto de jefe del partido, para lo que se prevé un pulso entre el ala continuista y el giro a la derecha al que aspira parte de la CDU.
Las preferencias de Merkel, pese a su pretendida neutralidad, se inclinan hacia AKK, mientras que varios nombres de peso del partido, como el presidente del Parlamento, Wolfgang Schäuble, apoyan a Merz.