Cuatro semanas frenéticas
Un mes del terremoto Trump: así ha sacudido su regreso al poder a Estados Unidos y el mundo
Más desatado que nunca Trump ha puesto patas arriba la política interior estadounidense y el panorama geopolítico en tiempo récord. Migrantes, personas trans, gazatíes y ucranianos están entre las primeras víctimas de su segundo mandato.
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Donald Trump ha entrado de nuevo en la Casa Blanca como lo haría un elefante en una cacharrería. En cuestión de un mes, el presidente de Estados Unidos se las ha arreglado para arrasar con lo que hasta ahora parecían consensos básicos en política interior y poner patas arriba la escena internacional, desatando una guerra comercial de inciertas consecuencias y dando un giro de 180 grados en la postura del país con respecto a Ucrania, acercándose cada vez más a Vladímir Putin mientras carga contra Volodímir Zelenski.
A su vez, tal y como prometió en campaña, el republicano se ha entregado a la tarea de desmontar, a golpe de decreto, todo el legado del demócrata Joe Biden, pero también el de sus predecesores, con inmigración y políticas de diversidad en su punto de mira.
Ya en las primeras horas de su segundo mandato, el magnate neoyorquino firmó toda una oleada de órdenes ejecutivas para, entre otras cosas, declarar la emergencia nacional en la frontera sur, indultar a los asaltantes del Capitolio y sacar a EEUU de la OMS, el Acuerdo de París sobre el cambio climático y la OCDE. De paso, proclamó que ya solo existían dos géneros en el país: masculino y femenino. Un ritmo frenético que ha mantenido en las últimas cuatro semanas de vorágine trumpista.
Puño de hierro con la inmigración
Los primeros damnificados de esta era Trump 2.0 eran los migrantes, que con su regreso vieron desaparecer la aplicación en la que tramitaban sus peticiones de asilo y, con ella, sus esperanzas de una nueva vida en el país norteamericano.
Aunque de momento la justicia mantiene bloqueada la orden de Trump para eliminar la ciudadanía por nacimiento -un derecho recogido en la Constitución de EEUU-, su cruzada antiinmigración se ha cobrado ya sus primeras víctimas, entre redadas y deportaciones masivas de migrantes indocumentados. Según datos del Departamento de Seguridad Nacional, hasta el pasado 3 de febrero sus agentes habían detenido a 8.768 personas y deportado a 5.693.
Trump, además, anunció a finales de enero que usaría la base militar de Guantánamo para encerrar a migrantes. Los primeros llegaron a principios de este mes.
Golpe a la diversidad
Otro colectivo en el blanco de Trump es la comunidad trans. Desde que volvió al poder, el presidente ha expulsado del ejército a los militares trans, proscrito los tratamientos y cirugías de transición de género para menores de 19 años y firmado un decreto para prohibir a las mujeres trans participar en el deporte femenino. Arropado por una élite tecnológica que ha seguido sus pasos, Trump también ha eliminado los programas de diversidad, equidad e inclusión en su Administración.
La 'motosierra' de Musk
El mandatario, además, ha dado un enorme poder a Elon Musk, convertido ya en su más cercano aliado, a quien ha puesto al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, el DOGE, siglas con guiño a una criptomoneda. Ambos han prometido recortar "cientos de miles de millones", al estilo de Javier Milei y su 'motosierra'. Por ahora, están inmersos en recortar la plantilla de empleados federales y decididos a desmantelar USAID, el mayor donante de ayuda humanitaria del mundo.
La guerra comercial "más tonta de la historia"
En el plano internacional, Donald Trump ha emprendido lo que 'The Wall Street Journal' bautizó como "la guerra comercial más tonta de la historia". Empezó anunciando aranceles del 10% a China -ante los que Pekín ya ha tomado represalias, aunque Trump ahora ve posible un acuerdo- y del 25% a México y Canadá, cuya entrada en vigor suspendió posteriormente tras hablar con sus dos países vecinos.
Pero Trump no se ha parado ahí, sino que ha querido llevar su particular batalla arancelaria un paso más allá. Así, la semana pasada anunciaba aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio y "aranceles recíprocos" a todos los países que graven productos estadounidenses, un paso que golpeará directamente a la Unión Europea.
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Idilio con Putin y un resort en Gaza
Trump regresaba al Despacho Oval con la promesa de poner fin a las guerras de Ucraniay Oriente Medio. Aunque de momento no lo ha cumplido, su postura con respecto a Ucrania, a la que ha dejado fuera de unas conversaciones de paz con Rusia como único interlocutor, ha encendido todas las alarmas entre sus aliados europeos y de la OTAN.
El presidente estadounidense, además, ha subido el tono en las últimas horas y evidenciado su acercamiento a Putin, al punto de tachar a Zelenski de "dictador" y advertirle de que perderá su país "si no se mueve rápido". Unas palabras que llegaban horas después de que Trump comprase ya el discurso del Kremlin al culpar a Kyiv de la invasión rusa y justificar su exclusión de la mesa de negociación.
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Pero no es el único conflicto internacional en el que la postura de Trump tiene en vilo a la comunidad internacional. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue el primer mandatario invitado por Trump a la Casa Blanca desde que tomó posesión hace ahora un mes; tras su reunión, el republicano esbozó un atroz plan para Gaza: expulsar a los palestinos y convertir la Franja, escenario de la masacre de más de 47.000 personas, en una especie de resort, haciendo de la guerra un negocio inmobiliario.
El regreso de Trump ha sacudido el tablero internacional y puesto todas las miradas en cuál será el siguiente paso de Washington. La Casa Blanca, entretanto, compartía una significativa imagen este mismo miércoles: una falsa portada de la revista 'Time' con Trump como protagonista para celebrar la abolición de una norma medioambiental de Nueva York. Sobre la cabeza del endiosado presidente, una corona. Y un mensaje: "Larga vida al rey".