Más de medio centenar de mujeres se encuentran hacinadas en el sótano del hospital de Odessa. Son las pacientes del ala de maternidad, quienes están con sus bebés recién nacidos. En ese sentido, Jaime Nadal, responsable de UNFPA en Ucrania, afirma que "no hay nada que justifique que una mujer en el momento de dar vida tenga que exponerse hasta poder perder la suya". Se estima que varios centenares de partos han tenido lugar en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa sin seguridad ni higiene mínimas.
Katerina confiesa que estaba aterrada cuando tuvo que dar a luz, pero gracias al trabajo incansable de los sanitarios, ella y su bebé están bien. Sin embargo, de las cerca de 100.000 mujeres que se calcula que darán a luz en los próximos tres meses em Ucrania, unas 11.000 podrían enfrentar complicaciones, incluso antes de ponerse de parto, como sufrir "abortos espontáneos", tal y como advierte Jaime Nadal, quien afirma que esto "no son daños colaterales de la guerra, sino muertes directas".
El Fondo de Población de la ONU o Unicef han entregado material a cientos de hospitales ucranianos. En el de Mariúpol, una enfermera lleva a un bebé recién nacido directamente a un búnker, ya que fuera siguen sonando las bombas.
La protección a la pequeña Mia llegó en un túnel del metro de Kiev, donde su madre dio a luz. Solo en la noche del pasado sábado, se habrían dado más de 80 casos como el suyo. "Los hospitales se están usando poco por el miedo de la población a acudir a ellos", señala al respecto Nadal. Hay otras madres que directamente deciden huir y arriesgarse a un camino largo e incierto con sus hijos. Para ellas, las ONG han desplegado ayuda especializada en los puestos fronterizos.