Las personas atrapadas bajo los escombros de los edificios arrasados por el terremoto en México juegan con el tiempo en contra, pues el aguante del cuerpo humano en situaciones extremas es de 72 horas, según los expertos.
Las condiciones a las que se enfrentan las personas atrapadas son extremas, ya que los escombros provocan "un aplastamiento de órganos", lo que puede causar que se lastimen más rápidamente, "se destruyan" y, finalmente, conducir a la muerte.
También hay alimentos en estado de putrefacción dentro de las viviendas, lo que sumado al polvo puede provocar una neumoconiosis que obstruya los pulmones.
Con todo, el tiempo no es estricto ni dicta necesariamente el límite de la supervivencia humana. Un médico recuerda el terremoto de 1985 y advierte de que en aquel entonces fueron encontradas personas con vida después de una semana.